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Zalomán begins

​Cap. 2 – Las cosas comienzan a ponerse raras

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La luna luchaba sin éxito con las nubes por un hueco en el plomizo cielo nocturno de Sad City. Era una de esas noches en que la tormenta parece ser cuestión de minutos pero nunca acaba de caer. La humedad y el calor eran insoportables, pero por suerte Gonzalo estaba de estreno. Su flamante nueva furgoneta (una GMC negra con una raya verde brillante en diagonal ascendente de los faros al alerón sobre la puerta trasera, donde se ensanchaba poco a poco) gozaba de un extraordinario sistema de climatización último modelo, lo que evitaba que estuviese sudando el nuevo traje de repartidor que se había comprado. Era negro entero, con el logotipo bordado en verde fosforito...

 

Las increíbles aventuras de Zalomán

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Cap. 1 – El 4 de Julio

 

Vi entonces que eran las criaturas más extraterrestres que imaginarse pueda. Eran enormes cuerpos redondeados –más bien debería decir cabezas-, de un metro veinte de diámetro, y cada uno tenía delante una cara. Esta cara no tenía nariz –los marcianos parecen no haber tenido el sentido del olfato-, sino sólo un par de ojos muy grandes y de color oscuro, y debajo de ellos una especie de pico carnoso. En la parte posterior de la cabeza o cuerpo –no sé como llamarlo- había una superficie tirante que oficiaba de tímpano y a la que después se ha considerado como la oreja, aunque debe haber sido casi inútil en nuestra atmósfera, más densa que la de Marte...

 

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